Casi 1,500 delfines asesinados, provoca indignación de las personas a nivel mundial

El grupo internacional por los derechos de los animales, Sea Shepherd, manifestó el pasado miércoles que esperan que las islas Feroe dejen de atraer a mamíferos marinos a aguas poco profundas, para ser asesinados y con ello conseguir su carne y grasa.

Mediante un video, se aprecia como 1,428 delfines de lados blancos fueron asesinados en Eysturoy, isla central de las Feroe, en el archipiélago del Atlántico Norte, reino de Dinamarca, el pasado 12 de septiembre.

Año tras año los activistas medioambientales, afirman que esta práctica es cruel, pero que, en este año, han sido más los animales asesinados, además de que la gente que defendía esta práctica, que lleva cuatro siglos de antigüedad, expresó su miedo de atraer una atención indeseada.

El grupo espera que haya restricciones más estrictas, ya que esta última caza registrada el domingo, fue pareja, los cazadores no les importó matar a toda la manada, crías y mucho menos matar a las hembras preñadas, inclusive los residentes usaron lanchas de motor y motos acuáticas para perseguir a los animales.

El gobierno de las Islas Feroe, indicó que el jueves revisaría las políticas de caza de delfines, ya que las fotos y videos publicados en donde se muestran a los casi 1,500 delfines que fueron asesinados el domingo, provocaron la indignación de muchas personas a nivel mundial.

El primer ministro, Bárour á Steig Nielsen, informó: “Nos tomamos este asunto muy en serio. Aunque estas cacerías se consideran sostenibles, examinaremos de cerca la caza de delfines y qué papel deberían desempeñar en la sociedad feroesa. El gobierno ha decidido iniciar una evaluación de las regulaciones sobre la captura de delfines de lados blancos del Atlántico. N”

Cada año, la gente arrastra a los mamíferos, principalmente a las ballenas piloto, a aguas poco profundas, donde las acuchillan hasta morir. Usan un gancho en el espiráculo para asegurar a las ballenas varadas; su espina dorsal y la arteria principal que va al cerebro son cortadas con cuchillos, y la sangre hace que el agua de la bahía se tiña de rojo. Estas campañas son reguladas por la ley y la carne y grasa se comparten con toda la comunidad.

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