Esta la historia de Justina; una mujer que a sus 78 años escribió un libro artesanal y ganó un premio estatal

Justina Rojas Flores, una mujer que cuando cumplió 63 años aprendió a leer y a escribir, pero gracias al gran apoyo de las maestras que le enseñaron, ella se adentró tanto a las letras, que escribió un libro artesanal que la hizo merecedora de un premio estatal.

“Yo ya me andaba rajando porque me chiveaba mucho, pero las maestras me decían ´sí puedes, Justina´, entonces, seguí tomando clases y gracias a ellas fue que aprendí. Después de dos años, escribí La Mazorca, que está dedicado a la comunidad de San Miguel Espejo”, comparte Justina en una entrevista en la comunidad de San Miguel Espejo.

El libro de Justina fue premiado en 2019 por el Instituto Estatal para la Educación de los Adultos (IEEA), un logro del cual se siente muy satisfecha, y con el que motiva a otras personas adentrarse al estudio.

Actualmente Justina tiene 78 años, ha escuchado frases  “¿para qué aprendo si ya estoy viejo?”, “¿de qué me va a servir?”, “yo ya voy de salida”, sin embargo, estas mismas personas se enfrentan a la falta de oportunidades por no saber leer ni escribir, es por ello que ella misma les invita a tomar clases.

Justina recuerda que en 1964, cuando tenía 22 años de edad, tomaba clases de primaria en un “rinconcito” de la inspectoría, y aunque llegó hasta el cuarto grado, reconoce que no pudo aprender mucho ya que ella y sus compañeros solo hablaban náhuatl.

“Ahí nos enseñaba el maestro, pero ya era un señor muy grande. Yo me quedé en cuarto año, pero no aprendí nada. Nosotros hablábamos en náhuatl y el maestro nos hablaba en español, pero no le entendíamos”, cuenta Justina

Después de 41 años Justina se animó nuevamente a tomar lápiz y papel; pero no solo eso, cuando logro leer y escribir, con el apoyo de sus maestras y toda su comunidad decidió escribir el libro para convocatoria, que trataba de escribir de puño y letra cada una de las palabras para dar vida a la historia de “La Mazorca”.

Justina invitó a la toda la población a que no se limite y que adentre al conocimiento sin importar la edad. “Si tú no sabes leer y escribir, o si conoces a alguien así, te invito a que vayas a donde enseñan, para que, los que saben más nos compartan su conocimiento”. Concluyo con gran emoción.

Comparte esta noticia en:

Reciente en nuestras redes sociales