Humo del cigarro en los ojos ¡Cuidado!

El humo del tabaco está formado por alrededor de 4 mil compuestos, la mayoría de los cuales son tóxicos. Cuando estas toxinas flotan en el aire muchos de ellos irritan la conjuntiva, la película delicada que cubre el blanco del ojo.

Estas sustancias tóxicas irritan sus terminaciones nerviosas, secándola y provocando escozor y ardor en sus ojos. Se ha confirmado que incluso los no fumadores han tenido que hacer frente al humo en una fiesta o en un club. Los ojos se enrojeces y secan rápidamente. Con la sensación de arena y la nariz y la garganta resecas con tan sólo unos pocos minutos de exposición?

Es incluso peor si usas lentes de contacto. El ojo es muy sensible al medio ambiente. Debido a que fumar reseca los ojos rápidamente, los lentes de contacto se vuelven irritantes y peligrosos.

Si se resecan, los lentes de contacto pueden lastimar la superficie de la córnea, la ventana transparente en la parte delantera del ojo, aumentando el riesgo de una infección ocular. Una infección bacteriana relacionada con los lentes de contacto puede provocar queratitis microbiana, un riesgo particularmente desagradable para los ojos.

La irritación crónica de la parte exterior del ojo ocasionada por fumar, puede causar daños a largo plazo. Investigaciones realizadas por expertos muestran que los fumadores tienen 82% más de probabilidades de sufrir de ojo seco.

Riesgo en capacidad visual

Fumar reduce gradualmente el suministro de sangre en el ojo provocado por el estrechamiento de los vasos sanguíneos y el espesamiento de la sangre. A medida que el ojo sufra  de carencia de oxígeno vital, se incrementa el riesgo para la visión.

Dos de las principales causas de deficiencia visual grave y ceguera son las cataratas y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Aunque la edad es el factor principal en ambas enfermedades, los fumadores desarrollan ambas con mayor severidad que los no fumadores.

Privar a los ojos de oxígeno también crea otros peligros. Fumar puede dañar su visión nocturna, poniendo en peligro su propia seguridad y otras personas cuando maneja en la noche.

El glaucoma, otra enfermedad degenerativa del ojo, suele ser provocada por un suministro sanguíneo insuficiente al nervio óptico. Esta enfermedad le puede costar la mayor parte de su visión sin darse cuenta.

Incluso si un fumador no se preocupa por su propia visión, es necesario que piense en la visión de sus hijos.

Los peligrosos efectos del hábito de fumar pueden transmitirse a través de la placenta al bebé. Los hijos de madres fumadoras son propensos a desarrollar estrabismo. En muchos casos, la única solución es la cirugía inmediata después del nacimiento, para evitar un daño permanente a los ojos.

Con esta información, ¿qué esperas para dejar de fumar? Evita riesgos a tu salud y a tu familia.

Líder/Medios

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