Los juegos olímpicos nos están dejando historias impresionantes y es que esta nota esta dando la vuelta al mundo, después de ver sus grandes habilidades y trucos en patineta a sus tan solo 9 años, hoy es medallista olímpica.
Se trata de Rayssa Leal., Brasileña de tan solo 13 años de tan solo 13 años de edad obtuvo la medalla de plata en la primera edición de “skateboarding” femenil en unos juegos olímpicos; Rayssa hizo historia junto a dos competidoras japonesas quienes conformaron el podio mas joven que se haya registrado en una justa olímpica; Funa Nakayama, de 16 años, que gano el bronce y Nishiya Momiji, de 13, quien se coronó como la primera medallista de oro en esta categoría.
Esta prueba de “skateboarding” femenil mantuvo la expectativa al ser la primer disputada en recién incluido deporte olímpico, y también por seguir de cerca el desempeño de la “hada patinadora”.
En el 2015, el mundo conoció a Rayssa, a través de un video viral que circulo en redes sociales, en ese entonces, ella solo tenia 7 años, y demostró sus habilidades en patineta con un vestido azul y unas alas en la espalda.
El video llegó incluso a la leyenda del “skate” Tony Hawk, quien dijo en su cuenta de Instagram: “No se nada de esto, pero me encanta: un heelflip de cuento de hadas en Brasil”.
Impresionar a un ícono mundial fue tan solo el augurio de lo que sucedería más de 6 años después. A esa “Hada” originaria de Emperatriz, Brasil, le alcanzó la magia no sólo para mejorar como patinadora sino para soñar como obtener la gloria olímpica.
Rayssa calificó a las primeras competencias de este deporte en Tokyo 2020, en donde encontró decenas de mujeres jóvenes, como ella, apasionadas por la velocidad, le precisión y la entereza que se requiere para lograr las rutinas y los trucos en el skatepark.
En esta prueba el mundo presenció a competidoras de países como Italia, Filipinas, Francia, Estados Unidos y China, imponer su espíritu deportivo y habilidades físicas en una competencia con alto grado de riesgo donde el margen de error es mínimo.
Esta edición abrió la puerta a nuevos talentos y habilidades; una oportunidad para que el mundo se maraville con historias como las de Rayssa, Nishiya y Funa, que demuestran a pesar de su juventud la grandeza del espíritu deportivo de la humanidad.
