La Rosca de Reyes simboliza una corona, la cual se adorna con frutos secos y cristalizados de colores simulando las joyas que estaban incrustadas en las coronas de los Santos Reyes que significan Paz, Amor y Felicidad.
El niño que se esconde recuerda y representa el momento cuando José y María escondieron al niño Jesús para salvarlo de Herodes.
Asimismo el hecho de comerse el pan tiene relación con la comunión con el aspecto sagrado del personaje bíblico. En cuanto a la religión, la rosca simboliza el amor infinito que los creyentes expresan a Dios, el cual de acuerdo a sus creencias no tiene principio ni final.
Los dulces o frutos cristalizados son las distracciones del mundo que nos impiden encontrar a Jesús.
La tradición establece que quien encuentre al niño en el pedazo de rosca, será quien lo cuide hasta el 2 de febrero, lo vestirá y lo presentará al templo, como lo presentó la Virgen María.
Se considera que esta costumbre sirve para celebrar la última reunión de las festividades de Navidad y en muchos países se acostumbra intercambiar regalos para recordar los obsequios que dieron al Niño Dios, los Tres Reyes Magos.
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