En México, el 8 de diciembre se celebra el “Día de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María”, la cual es una festividad católica, cuyos orígenes yacen desde hace miles de años con la concepción de la Virgen María, madre de Jesucristo.
Esta tradición conmemora el nacimiento de la madre de Jesús de Nazaret, fue creada por Dios sin pecado original y que desde el momento de su concepción fue santa y libre de cualquier culpa hasta su muerte. El día fue elegido después de hacer cálculos matemáticos, restándole nueve meses a la fecha de nacimiento de la Virgen María, 8 de septiembre, según la iglesia católica.
Esta festividad se debe a un dogma de la iglesia católica dedicado a la memoria de la Virgen María y su santa concepción. Sus inicios son del siglo VII D.C., pero en 1854 el papa Pío IX instauró el 8 de diciembre como la fecha oficial para celebrar este día.
La fecha fue seleccionada por medio de un concilio con el Episcopado mundial, donde se afirmó que la Virgen, madre de Jesús, nació sin pecado original y murió de la misma forma, libre de toda falta. Así se describe a María, como una mujer joven inmaculada, vestida con túnica blanca y manto azul, símbolos de pureza y eternidad.
En varias ciudades y localidades de México se suele celebrar este día con una liturgia tradicional en honor a su imagen, siendo la catedral metropolitana de la CDMX y en la Basílica de la Inmaculada Concepción cientos de devotos se reúnen para oír la misa en su memoria.
Varios templos religiosos construidos en honor a su nombre hay en México, como el de Puebla. En Oaxaca, el santuario Nuestra Señora Inmaculada de Juquila es frecuentemente visitado por los fieles devotos de la Virgen María. Los actos se festejan acompañados de música, conciertos y bailes tradicionales hechos por los mexicanos.
