Don Maurilio de 110 años de edad, es a día de hoy el pensionado más longevo en el IMSS

El señor Maurilio Rodríguez Ocampo tiene 110 años de edad y es el extrabajador y pensionado más longevo en la historia del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Hoy te contaremos parte de su historia.

Nació en 1911 y es originario de la localidad de San Pedro Chichila, en Taxco, Guerrero. Desde niño vivió en el municipio de Yautepec, Morelos, pues sus padres eran trabajadores del campo y vendían carbón, es por ello que tuvieron que trasladarse a este lugar.

Su niñez fue difícil, pues durante esta etapa de su vida se desarrollaba la Revolución Mexicana, por lo que tampoco pudo tener una preparación educativa. Sus primeros trabajos fueron la siembra del algodón, frijol, maíz y papa. “Aquí encontré a mi esposa, me casé y aquí nacieron todos mis hijos”, comentó.

Después de unos años tuvo la oportunidad de ingresar al IMSS mediante un convenio que estableció el municipio, un banco y el Seguro Social. Primero fue trabajador eventual pero más tarde fue contratado para ejercer labores de jardinería. El Instituto indicó que el señor Maurilio, recibió cursos y capacitación, incluso para brindar primeros auxilios.

Llegó a brindar apoyo a otras instalaciones del Seguro Social, ubicadas en La Malinche (Tlaxcala), Apizaco y Zihuatanejo. El IMSS destaca que algunas ocasiones trabajó más allá de su horario y en fines de semana, pero “siempre con mucho entusiasmo y agradecido con la institución por tener un trabajo estable”.

“Ya nos daban nuestros centavitos, era un sueldo seguro, ya no era un trabajo de mañana no hay. Tenía sus prestaciones y para curarse con el médico”, recordó.

Tras varios años, don Maurilio volvió a las instalaciones del Centro Vacacional IMSS-Oaxtepec, donde laboró por más de veinte años en compañía de su hija, la señora María Magdalena Rodríguez, de 72 años, también extrabajadora y jubilada del Seguro Social.

Maurilio Rodríguez recomendó a las nuevas generaciones de trabajadoras y trabajadores cuidarse entre todos, tener confianza, ejercer principios de honradez y nunca hacer menos a una compañera o compañero. “Es como la herencia que se deja a un hijo”, agregó.

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