Marcela García, mamá de Benjamín, pudo celebrar que su hijo de tres años venció al cáncer. El menor y su familia pudieron regresar a casa con sus seres queridos tras 300 días internado en el hospital.
Benjamín tuvo que seguir visitando el hospital recibiendo el tratamiento contra un neuroblastoma que amenazaba a células nerviosas del pequeño, incluso cuando el COVID-19 llegó a Sudamérica, donde el vive.
La familia de Benjamín reside en la localidad argentina llamada San Bernardo, pero desde hace tres años han recorrido el país Argentina para que el niño reciba la mejor atención.
El menor de tres años además de sus visitas periódicas, fue sometido a un trasplante de médula y una operación en su ojo donde removieron un tumor completo, que tuvo como resultado una mejoría excelente.
Después de la recuperación del trasplante de médula, Benjamín le hicieron frente a la llegada de la enfermedad de COVID-19, gracias a que respetaron las medidas sanitarias pudieron volver a tiempo su hogar.
“Benja está feliz, es muy consciente de todo lo que pasó. En casa lo escuchamos decir ‘estoy feliz, ya me curé‘. Lo que me pone muy feliz es que nunca perdió las ganas de jugar, algo que les suele suceder a los niños que están mucho tiempo en el hospital. Yo siempre intenté que esto lo tomara como un juego, a pesar de que nunca terminó de entender lo que tenía, sabía que mejorar era parte de un plan para volver a su casa de la playa con su hermano Joaco y su papá. Hoy es consciente que todo lo que pasó quedó atrás y que su realidad es otra”.
