María García Alonso una farmacéutica española compartió un experimento mediante Instagram: un cultivo de cubrebocas que muestra lo que pasa cuando las mascarillas no se lavan o se utiliza la misma durante días.
Cuando una amiga de María le preguntó sobre la posibilidad de enfermarse debido a las bacterias amuladas de un cubrebocas cuando se utilizan durante más tiempo de lo recomendado o en el caso de los que son hechos con tela y no se laven.
La farmacéutica cultivó 4 cubrebocas distintos en placas de Petri y esperó para ver qué microorganismos crecían en ellas. El resultado que obtuvo de estos fue compartido tres días después:
“Ya tenemos los resultados en las placas de Agar Sangre. Han crecido staphylococcus, streptococcus, neiserias, bacillus que parecen ser contaminantes… está claro que debemos lavar las mascarillas, desinfectarlas de vez en cuando y cambiarlas si es posible con relativa frecuencia. Las bacterias que aparecen no son patógenas por sí mismas, pero podrían convertirse en patógenas oportunistas si se ven muy aumentadas, debido a que están creciendo en abundancia en las mascarillas húmedas con nuestro aliento”, compartió en un video en Instagram.
La OMS clasifica en dos tipos los cubrebocas: los cubrebocas higiénicos que están hechos comúnmente de tela y las mascarillas médicas, que forman parte del equipo de protección individual del personal de salud.
En cuanto a los cubrebocas higiénicos de tela, la organización recomienda cambiar y lavar una vez que estén humedecidos o que muestren suciedad visible.
Los crubebocas de tela se deben de lavar de cualquiera de las siguientes formas:
-Utilizar agua caliente con jabón o detergente para ropa o bien, lavar a temperatura ambiente y dejarla hervir por un minuto para esterilizarla antes de volverla a usar.
-Otro método de esterilización puede ser remojarla en cloro y volver a enjuagar perfectamente para eliminar todos sus residuos.
