En noviembre, en el municipio de Amalfi, Antioquia, en Colombia, ciudadanos encontraron un felino recién nacido, y todo parecía indicar que se trataba de un lindo gatito, pero su hocico y bigotes no eran iguales a los de un gato, por lo que llamaron a los especialistas en fauna y estos constataron que se trataba de un yaguarundí o puma jaguarundí, que suele habitar en diferentes países de Sudamérica.
El hecho de que se pareciera a un gato, fue por su color, pues este puma es albino, debido a la ausencia congénita de pigmentación del color de la piel, de no tener dicha condición su color podría ser entre pardo y negro. Y según las autoridades ambientales, pesaba 440 gramos, tenía el pelaje blanco, ojos y hocico anaranjados, sin coloración natural.
Ahora, después de varias semanas de darle cuidados, los expertos han tomado la decisión de que la felina, sí, es hembra, no debería ser devuelta al medio ambiente, debido a su condición albina y falta de un grupo familiar. Mientras, ahora buscan un lugar adecuado para asegurar su supervivencia.
Esta mutación genética le provoca afectaciones que le impiden realizar sus actividades naturales con éxito, haciendo que sea poco probable su supervivencia por sí misma en el medio natural. Por lo que actualmente está hospedada en un recinto del Parque de la Conservación de Medellín, Colombia.
